¿Qué aliados tiene Venezuela? La amenaza militar de EU los pone a prueba
Venezuela.– Guardaespaldas cubanos, radares chinos, lanchas cañoneras iraníes y misiles rusos.
El gobierno de Venezuela ha gastado miles de millones de dólares a lo largo de los años en armas y servicios de seguridad de los adversarios de Estados Unidos, a medida que profundizaba su enfrentamiento con este país.
Ahora, las amenazas del presidente Donald Trump de intensificar la confrontación ponen a prueba estas alianzas.
Estados Unidos ha reunido alrededor de 15.000 soldados y algunos de sus buques de guerra más modernos en el Caribe, ha calificado de ilegítimo al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y lo ha declarado jefe de una organización terrorista dedicada al narcotráfico. El lunes, Trump estableció la conexión más explícita hasta el momento entre el aumento de tropas y el mandato de Maduro, al decir a los periodistas que “no me encanta la gente que dirige Venezuela”.
“Tenemos que ocuparnos de Venezuela”, añadió. En las últimas semanas, Trump ha vacilado entre sugerir ataques inminentes contra Venezuela y abordar a Maduro mediante la diplomacia.
Pocos en Washington o en Caracas, la capital de Venezuela, esperan que el ejército venezolano resista un ataque concertado del poderío militar estadounidense, si eso es lo que Trump decide.

Ninguno de los aliados de Maduro tiene la capacidad o la voluntad política de aumentar su apoyo de un modo que inclinaría fundamentalmente la balanza de un conflicto de este tipo a favor de Venezuela, según analistas y personas cercanas al gobierno venezolano.
Estas alianzas siempre han estado impulsadas más por la ganancia económica que por una fuerte afinidad ideológica, aunque han desempeñado un papel importante a la hora de apuntalar a Maduro y a su mentor y predecesor, Hugo Chávez, durante periodos de crisis.
Decenas de miles de millones de dólares en préstamos chinos mantuvieron a flote a los gobiernos de Chávez y luego de Maduro después de que los prestamistas occidentales en gran medida dejaran de trabajar con Venezuela. Los comerciantes de petróleo rusos han desempeñado un papel vital en mantener el flujo de la principal exportación de Venezuela desde que Trump impuso amplias sanciones económicas al país durante su primer mandato.
Los ingenieros iraníes han ayudado a evitar el colapso total de la industria petrolera de Venezuela durante la prolongada crisis económica del país. Y decenas de miles de médicos y trabajadores cubanos prestaron servicios sociales durante los periodos de huelgas sostenidas y protestas masivas que caracterizaron los primeros años del gobierno de Chávez.
Pero el valor estratégico de Venezuela para sus aliados se ha desvanecido, junto con una fuerte caída de su producto interno bruto desde 2014. Las arcas vacías de Maduro lo han convertido en un prestatario de riesgo y un mal comprador de bienes y servicios.

La reciente agitación geopolítica ha supuesto una tensión adicional para estos lazos.
Los gobiernos de La Habana, Moscú y Teherán se han visto debilitados o distraídos por crisis económicas o guerras en sus países, lo que ha reducido la cantidad de recursos que pueden destinar a proyectar su poder en el extranjero, dijeron los analistas.
Muchos de los aliados de Maduro llevan a cabo su propia diplomacia de alto riesgo con Trump y es poco probable que pongan en peligro sus objetivos internos para apoyar a un aliado que tiene pocas posibilidades, dijeron los analistas.
Esto ha sido especialmente evidente en la relación de Maduro con el presidente Vladimir Putin de Rusia. El Kremlin respondió a la presión cada vez mayor sobre Venezuela ratificando un vago “tratado de asociación estratégica y cooperación” el mes pasado, pero se ha abstenido de comprometer públicamente nuevos recursos para su principal socio sudamericano.
Los analistas rusos dijeron que la decisión de Moscú de mantenerse prácticamente al margen mientras sus aliados en Irán y Siria eran atacados este año subrayaba los límites de su alcance geopolítico.
Un anticuado avión de carga ruso con un historial de viajes a países con presencia militar rusa hizo escala en Caracas el 30 de octubre, según los datos de seguimiento del vuelo. Pero no está claro si el avión llevaba equipo o personal militar adicional, si participó en labores de mantenimiento programadas en el arsenal de fabricación rusa o si formaba parte de una maniobra para dar la apariencia de apoyo con un costo mínimo.
Otro avión militar ruso realizó un viaje similar a Caracas en 2019, la última vez que Maduro se enfrentó a una amenaza inmediata de perder el poder, lo que suscitó preguntas similares sobre lo que llevaba a bordo. El Kremlin no ha hecho comentarios sobre ninguno de los dos viajes.
“Quizá puedan venir y arreglar algo, traer algunas piezas de repuesto”, dijo Ruslan Pukhov, experto en comercio de armas ruso radicado en Moscú, en referencia al actual apoyo de Rusia a Venezuela. “Pero creo que el mensaje principal es que Venezuela está sola”.

Aun así, las alianzas de Maduro han reforzado su capacidad para mantenerse en el poder al darle acceso a mercados extranjeros y a tecnología militar que podría infligir pérdidas, si no la derrota, a los soldados estadounidenses.
Aunque China se ha abstenido de conceder nuevos préstamos a Venezuela, ha mantenido su mercado abierto al petróleo venezolano. China compra ahora la mayor parte de ese petróleo, lo que la convierte, por mucho, en el mayor contribuyente a las arcas de Maduro.
Cuba, que atraviesa un colapso económico, sigue aportando la que posiblemente sea su pericia más valiosa: el contraespionaje.
Desde el inicio del despliegue militar estadounidense en el Caribe, Maduro ha aumentado el número de guardaespaldas cubanos en su equipo de seguridad y ha ampliado el trabajo de los oficiales de contraespionaje cubanos en las fuerzas armadas venezolanas para reducir el riesgo de un golpe de Estado, según una persona cercana al ejército de Venezuela que solicitó el anonimato para hablar de temas delicados.
La persona dijo que Maduro y su círculo íntimo consideran que los agentes cubanos son experimentados e incorruptibles.
La oposición venezolana ha pedido reiteradamente a los oficiales venezolanos que abandonen a Maduro para asegurar su propia supervivencia. Algunos exfuncionarios estadounidenses han dicho que el refuerzo militar equivale a una guerra psicológica destinada a crear una división dentro de las fuerzas de seguridad venezolanas.

Funcionarios y exfuncionarios venezolanos creen que los años de experiencia de Maduro en erradicar la disidencia hacen improbable tal división.
Una de las opciones militares que el gobierno de Trump está considerando en Venezuela implica el envío de fuerzas especiales para intentar capturar o matar a Maduro, según varios funcionarios estadounidenses. Otro plan más ambicioso contempla capturar campos petrolíferos venezolanos o infraestructuras críticas, dijeron los funcionarios.
Analistas militares y exfuncionarios de seguridad venezolanos dijeron que las armas rusas de Maduro aumentan la probabilidad de que tales operaciones sufran bajas.
Los grandes sistemas de armas rusos que forman parte de las fuerzas armadas de Venezuela, como los sistemas de defensa antiaérea S-300 y los cazas Sukhoi, probablemente serían destruidos por ataques de precisión previos a cualquier ataque estadounidense, según los expertos militares.
Sin embargo, la artillería estadounidense podría tener dificultades para neutralizar los misiles tierra-aire portátiles Igla, considerados de los más potentes de su clase.
Maduro afirma que su gobierno dispone de 5000 misiles Igla y que se han distribuido a unidades militares y milicias aliadas por todo el país.
Pero las húmedas condiciones de almacenamiento y el desgaste general significan que el número de misiles funcionales podría ser en realidad de cientos, según Pukhov, el experto militar ruso. Ese número, sin embargo, sigue siendo suficiente para plantear amenazas significativas a cualquier avión o helicóptero que vuele bajo y que probablemente participaría en una operación de las fuerzas especiales.
“Va a ser difícil que los estadounidenses irrumpan allí sin derramar su sangre”, dijo Pukhov.


