Nosotros pagamos la tonelada de Maseca a 16 mil pesos, los centros comerciales grandes la pagan a 10 mil pesos, contra eso no vamos a poder competir nunca”, señaló don Arnulfo Estrada, dueño de una tortillería que tiene más de dos décadas vendiendo tortillas a los vecinos de la colonia La Cuesta.
El señor Estrada refiere que los mismos distribuidores de Maseca le han comentado que hay preferencia por atender los pedidos de las cadenas comerciales grandes, dejando de lado los pedidos de las tortillerías de barrio, negocios a los que cada vez más les limitan sus pedidos.
Don Arnulfo refirió que dicha situación quedó comprobada el pasado mes de mayo, luego de que su pedido le llegó con tres toneladas menos de harina de maíz. Al reclamar al vendedor el por qué del faltante, este le señaló que se habían quedado sin producto en la bodega y le habían dado prioridad a los pedidos grandes.
“Antes de que esto empezara a pasar, yo podía pedir el número de toneladas que quisiera. Luego instalaron una tienda de conveniencia allá sobre la Tecnológico y la clientela me empezó a decir que allá daban el kilo 4 o 5 pesos más barato de lo que yo lo daba. Ante eso no puedo competir”, señaló el entrevistado.
Indicó que la gran mayoría de los dueños de este tipo de negocios han tenido que recurrir al ingenio y ahora tienen que ofertar otro tipo de productos para que la gente vaya a la tortillería.
Indicó también que cada día los insumos están subiendo de precio, situación que hace insostenible la venta, y los 24 pesos que cobra por kilo no le dan lo suficiente para pagar todo lo que necesita para producir.
“Ni más ni menos que el día de ayer hablé con el vendedor y dice que posiblemente el otro mes suba la tonelada. Dice que casi no hay maíz y el producto se va a volver a encarecer. Así no vamos a llegar a ningún lado”, dijo el comerciante.Don Arnulfo indicó que ya en una reciente reunión que se tuvo a nivel nacional entre líderes y vendedores de la tortilla, se manejó la posibilidad de subir el kilo a 40 pesos, y a los pocos días llegó el anuncio de Sheinbaum de que se iba a topar el precio del producto.
El señor Estrada externó que esa medida de topar el precio es un absurdo, ya que los proveedores no conocen de topes. Si ellos quieren, suben el gas, el agua, la electricidad, y el tortillero no les puede decir que no les paga porque el precio está topado. O pagan, o se llevan el producto.
