
Dice ONU que hutíes detuvieron a 20 de sus empleados
Sanaa, Yemen.– Los rebeldes hutíes retienen en Saná a 20 empleados de Naciones Unidas, entre ellos el británico Peter Hawkins, representante de Unicef en Yemen, un país en guerra, anunciaron el domingo representantes del organismo.
Los insurgentes, que controlan la capital yemení y amplias zonas del territorio, ya habían lanzado una redada contra personal de la ONU el día anterior.»Cinco miembros del personal nacional y 15 miembros del personal internacional están detenidos en el complejo» de Naciones Unidas, indicó a la AFP Jean Alam, portavoz del coordinador residente de la ONU en Yemen.Precisó que otros 11 empleados locales detenidos previamente habían sido liberados tras ser interrogados.
Según Alam, la ONU está en contacto con los hutíes, los Estados miembros involucrados y el gobierno yemení para «resolver esta grave situación lo antes posible».Un responsable de la ONU que habló bajo condición de anonimato indicó que Hawkins «es uno de los 15 empleados internacionales retenidos».El sábado, Alam dijo a la AFP que fuerzas de seguridad hutíes habían ingresado «sin autorización» en el complejo de la ONU en Saná.Los rebeldes ya habían asaltado oficinas de la ONU en la capital el 31 de agosto, cuando detuvieron a una decena de empleados, según el organismo.De acuerdo a un alto funcionario hutí, los empleados son sospechosos de espionaje a favor de Estados Unidos e Israel.El nuevo incidente ocurre mientras decenas de miembros de la ONU han sido arrestados en los últimos meses en las regiones controladas por los insurgentes yemeníes, apoyados por Irán.El jueves, el líder de los rebeldes, Abdelmalek al Huthi, afirmó que sus fuerzas habían desmantelado «una de las células de espionaje más peligrosas», que se presenta como «vinculada a organizaciones humanitarias como el Programa Mundial de Alimentos y UNICEF».Estas acusaciones fueron calificadas como «peligrosas e inaceptables» por el portavoz del Secretario General de la ONU, Stéphane Dujarric, para quien «ponen gravemente en peligro la seguridad del personal de la ONU y de los trabajadores humanitarios, y comprometen las operaciones vitales de ayuda». a
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