
Balacera en Gran Morelos, una tragedia familiar ligada al control político; pobladores temen que sigan represalias
De acuerdo a la investigación con la que cuenta la Fiscalía General del Estado (FGE), el conflicto familiar que terminó en el homicidio de seis personas y nueve más heridos durante la celebración de las fiestas patronales de Gran Morelos, fue entre primos de apellidos Gutiérrez, toda vez que en la pasada elección por la alcaldìa, Gilberto Gutiérrez Montes, exedil en tres administraciones pasadas, buscaba contender por el cargo, el cual al final ganó su hermana Brisa Lucero Gutierrez Montes, logrando representar al Partido Acción Nacional (PAN) para el periodo que comprende el 2024-2027.
Pobladores comentaron que el conflicto se agudizó cuando Óscar Luis Miramontes Pérez, ganó la alcaldía representando a Movimiento Ciudadano, lo cual se venían reclamando entre primos de apellido Gutiérrez, hasta que el pasado lunes 15 de septiembre por la madrugada, en el desarrollo de la Carrejoneada, empezaron dos mujeres una discusión, la cual pasó a los empujones, golpes y de ahí salieron a relucir las armas de fuego, que dejaron sin vida a seis personas y nueve más heridos.
De acuerdo a los registros en el Instituto Estatal Electoral, en lo que fue el periodo del 2021-2024, Gilberto Gutiérrez Montes ocupó el cargo de presidente municipal, en representación del Partido Verde Ecologista, al ganar por mayoría de votos, por lo que su periodo fue del 10 de septiembre de 2021 al 9 de septiembre del 2024. Para enero del 2024, su hermana Brissa Lucero Gutiérrez Montes, con 37 años de edad, ganó la elección interna del Partido Acción Nacional.
Brissa Lucero contendió en contra de María Guadalupe Chávez Lopez (Pueblo); Isabel Loya Romero (Morena-PT) y Óscar Luis Miramontes Pérez (Movimiento Ciudadano), ganando este último la elección de la alcaldía. El triunfo de Miramontes Pérez dividió a la familia Gutiérrez Montes, ya que la ahora excandidata por el PAN reclamó a su hermano e hijos de éste, que no la apoyaron en la contienda por la alcaldía y sí estuvieron a favor del candidato de Movimiento Ciudadano.
Cabe destacar que, Gilberto Gutiérrez Montes no pudo contender por la reelección, ya que el PAN no lo aceptó dentro de la plantilla por haber contendido en la pasada elección en representación del Partido Verde; a lo cual el exedil y padre de dos de los asesinados la madrugada del 15 de septiembre en la fiesta patronal, dio su apoyo a Miramontes Pérez, actual alcalde.
Previo a este conflicto político, la familia Gutiérrez tenía algunos años ya distanciada por otros problemas de índole personal, los cuales son comentados por la población de Gran Morelos, Santa Isabel y otros poblados aledaños, agregando que la gota que derramó el vaso fue el tema electoral.
Calles vacías y manchadas de sangre
“Ahí donde están los charcos de sangre, en el callejón de enseguida de la iglesia, ahí fue el pleito”, fue la referencia que un empleado de los juegos mecánicos infantiles, que sirvieron como atracción durante la pasada fiesta patronal en Gran Morelos, conocida como Carrejoneada, hizo para poder llegar al punto en donde seis hombres perdieron la vida por el enfrentamiento con armas de fuego, que se dio la madrugada del 15 de septiembre en dicho municipio.
Como si se tratara de un cuento de Juan Rulfo, la plaza principal aún está adornada con los colores patrios por la celebración de independencia y las fiestas patronales en Gran Morelos, conocido coloquialmente como Carretas, pero en la calle de un costado de la iglesia, justo enfrente de la puerta principal de la escuela primaria, dos enormes charcos de sangre ya secos, muestran la crudeza de cómo una discusión entre integrantes de la familia Gutiérrez, por una cuestión política, pasó a los golpes y de ahí a los disparos.
Los seis muertos son varones y la mayoría de apellido Gutiérrez, a pesar de que no sean familiares, pero con el mismo denominador: estar presentes en el sitio inadecuado al momento de que los disparos se hicieron presentes a “medio baile”. En el jardín de la iglesia principal, aún se encontraba un casquillo percutido que no fue embalado por la autoridad ministerial.
“Ahí duraron los pobres tirados hasta las ocho de la mañana que vinieron a levantarlos”, comentó el empleado que desarmaba una especie de montaña rusa, comentando que él y sus compañeros no estaban en el festejo patronal, mucho menos cuando empezó el pleito entre dos mujeres de apellidos Gutiérrez. En los alrededores de la plaza, aún quedan pedazos de las cintas rojas que utilizan las autoridades ministeriales para conservar la escena del crimen.
Atrás de la iglesia y justo a unos cuantos metros de los charcos de sangre, la tradicional tiendita de la esquina, está abierta pero con poca clientela, comentando la encargada que apenas la mañana del 17 de septiembre, volvió todo poco a poco a la normalidad, tras los hechos violentos.Los vecinos comentaron que sólo un funeral se estaba llevando a cabo y era el de José Gutiérrez Romero, en una iglesia de Gran Morelos conocida como El Santuario. José fue víctima de una bala perdida en el pleito, por lo que su familia estaba a la espera de que el municipio le notificara que la fosa estaba lista, para que fuera sepultado.
Kilómetros más adelante, está Santa Isabel, municipio tranquilo y conocido por la gastronomía, pero que en esta ocasión el conflicto de la familia Gutiérrez le dejó secuelas. En la entrada al pueblo, justo antes del arco de bienvenida y enfrente de las letras turísticas, fue incendiado y baleado un recinto en donde estaba ubicado un restaurante, un salón de fiestas, algunos locales vacíos y unos condominios que estarían rentando en poco tiempo.