
‘El Planeta de los Simios: Nuevo Reino’: La fortaleza reside en la unión, las diferencias nos llevan a la batalla
Escrita por Michael Wilson y Rod Serling, tomando como base la novela de ciencia ficción del francés Pierre Boulle, en 1968 debutaba la primera cinta de El Planeta de los Simios, teniendo como protagonista a Charlton Heston como un astronauta que se estrellaba en un mundo dominado por los diversos primates mientras los humanos son sus mascotas/esclavos para que, al final, descubriera amargamente que es la misma Tierra muchos años en el futuro a donde llegó.
Largo fue su legado en ese entonces, mismo que provocó cuatro secuelas y un par de series de televisión hasta que Tim Burton trató de reinventar ese universo en el 2001 con resultados diversos, hasta llegar a la nueva trilogía de César iniciada por Rupert Wyatt el 2011 y continuada por Matt Reeves, cerrando el arco de este simio que comenzó la revolución contra los humanos aunque siempre abogó por el equilibrio entre ambos.
Siete años después de ese último adiós de César, Wes Ball, realizador detrás de la trilogía de Maze Runner, tomó las riendas de El Planeta de los Simios: Nuevo Reino, donde busca seguir explorando este vasto universo dando un salto de 300 años, en un mundo donde los clanes de primates se esparcen por todo el territorio y algunos tergiversan las ideologías del otrora salvador de su especie para conseguir poder.
Es en ese ambiente dividido en facciones que el Clan del Águila y Noa (Owen Teague) vive en aparente paz hasta que una extraña humana irrumpe en sus fronteras y provoca la visita violenta de los seguidores de Próximo César (Kevin Durand), provocando que Noa vaya en busca de su familia raptada sin esperar que en el camino aprenderá varias lecciones y se encontrará con duros retos ante el amanecer de un nuevo reino de simios.