‘Oh, Canada’: Trascendiendo fronteras
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‘Oh, Canada’: Trascendiendo fronteras

May 20, 2024

Aunque el título se refiere a la línea geográfica que divide a Estados Unidos con el país del norte, el espacio que Paul Schrader captura es metafísico; el umbral entre la vida y la muerte, y también el horizonte moral y los límites que se violan en ese terreno.

A los 77 años, el cineasta y escritor que ganó una Palma de Oro por su guion de Taxi driver, en 1976, presenta en competencia un filme que, aunque modesto, refleja los principios de un cine que Schrader clasificó como trascendental en su libro Transcendental Style in Film: Ozu, Bresson, Dreyer (1972/2018).

Schrader escribe que lo que une en sus búsquedas temáticas y estilísticas a cineastas tan disímbolos como el japonés, Yasujirō Ozu; el francés, Robert Bresson y el danés Carl Th. Dreyer, es que todos investigan el “misterio de la existencia”. Oh, Canada es casi un cortometraje, un pequeño ensayo que igual contiene los grandes temas que ocupan a Schrader y a esos cineastas que tanto admira.

Oh, Canada es la segunda adaptación al cine que hace Schrader de una novela de Russell Banks. Después de la primera, (Affliction, 1998), se volvieron tan amigos que Schrader pasaba todos los veranos con el escritor y su familia en las montañas Adirondack al norte de Nueva York.

Sin embargo, en 2022, Banks le pidió al cineasta que no fuera puesto que estaba sufriendo terriblemente los efectos de la quimioterapia por un cáncer recién detectado. Narrando el calvario por el que pasaba, Banks le mencionó a Schrader que, curiosamente, en 2021 había escrito Foregone (2021), una novela sobre un personaje que estaba pasando por lo mismo, solo que el protagonista no era escritor, sino un famoso documentalista que, a unas horas de su muerte, da una entrevista en la que revela la falsedad de su aparentemente ejemplar carrera. Banks falleció en enero del 2023, y Schrader decidió llevar la historia a la pantalla y dedicársela a él.

Richard Gere, de 74 años interpreta al mucho mayor, Leonard Fife, quien sorprendentemente acepta ser entrevistado por dos exalumnos (Michael Imperioli y Victoria Hill) para un documental. A pesar de los terribles dolores que lo aquejan y a estar reducido a una silla de ruedas, Fife recibe a los cineastas en el elegante apartamento en Montreal que comparte con su esposa de 30 años (Uma Thurman).

Fife insiste en que su esposa esté presente durante la entrevista, pero cuando ella se da cuenta que el anciano comienza a revelar detalles escabrosos de su vida, trata de retirarse. El insiste en que se quede puesto que lo que dirá ante la cámara será su última oportunidad de confesarse; será su expiación. De hecho, describe la entrevista como “una última plegaria” y es necesario que ella lo escuche para obtener el perdón.

El momento seminal en la vida de Fife, y de donde viene el título del filme, es 1968 cuando huye a Canadá para evitar ser enviado a Vietnam. Alrededor de 60 mil jóvenes estadounidenses hicieron lo mismo durante los años que duró la guerra, pero no todos lograron como Fife fincar los cimientos de su reputación en ese hecho. A partir de esa objeción moral a lo que Estados Unidos estaba haciendo en Asia, Fife comenzó a construir su leyenda de “artista comprometido”.