Israel e Irán viven entre el silencio y la calma
JERUSALÉN. Las autoridades israelíes guardan un silencio casi absoluto tras el presunto ataque aéreo a la localidad iraní de Isfahán, muy cerca de la mayor central nuclear de Irán, la de Natanz.
El único que se ha pronunciado ha sido el ministro israelí de Seguridad Nacional, el ultraderechista y colono Itamar Ben Gvir, que en redes sociales publicó una palabra: “¡Espantapájaros!”, que en argot hebreo signfica “débil”.
Su mensaje hacía referencia a una publicación anterior en la que pedía que la respuesta israelí al ataque de Irán con más de 300 drones y misiles del pasado sábado no fuera un “espantapájaros”.
Mientras, Irán vivió un día de aparente normalidad después del ataque de horas antes, que no provocó daños en la provincia del centro del país.
Tras una alarma inicial que llevó al cierre de cuatro aeropuertos que más tarde reanudaron sus operaciones, la situación volvió a la normalidad y la vida transcurrió como cualquier otro viernes, día festivo en Irán.
El Ejército iraní dio a entender que no planea responder al nuevo ataque de Israel, mientras los medios estatales se esfuerzan en subrayar la aparente tranquilidad con la emisión de imágenes festivas y turísticas.
Teherán restó importancia al incidente e indicó que no tenía planes de tomar represalias, una respuesta que parecía encaminada a evitar una guerra en toda la región.