Rodrigo y Gabriela en el Auditorio BB: Dos guitarras y mucha emoción
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Rodrigo y Gabriela en el Auditorio BB: Dos guitarras y mucha emoción

Abr 17, 2024

Rodrigo y Gabriela, primero pasaron por Guadalajara y luego al antiguo Distrito Federal, y es inevitable pensar en cuánto tiempo ha pasado de su primer gran show en México, y este fue en el 2011 en el extinto Plaza Condesa, el cual lucía abarrotado en sus dos fechas vendidas. Esto fue con la salida de su álbum 11:11.

Previamente, estuvieron en el Teatro Metropólitan ahí en el 2009 y un año antes en el Lunario, también, estuvieron en un Vive Latino. Sin embargo, el punto de quiebre es ese 2011 en el Plaza.

Son geniales, divertidos, sacan discos que son elogiados por toda Europa, donde también les va de maravilla cuando se presentan. Los nacionales son de esos profetas fuera de su tierra que, por alguna razón, son brutalmente olvidados por los medios masivos como televisión o radio. Una lástima ya que deben ser de los artistas mexicanos con mayor éxito fuera del país, pero tampoco es extraño esto, ahí tenemos el caso de Troker Lost Acapulco que en sus buenos años, han sido elogiados en el viejo continente.

Es bonito ver un Auditorio BB atascado a pesar de que han pasado ocho años del anterior y de que honestamente, no han ido perdiendo ese click con su país a pesar de no tocar aquí y de ver que solo visitan Ixtapa para grabar discos y dar uno que otro showcase sorpresa. 

La gente se fue reuniendo de poco en poco en el Auditorio BB, incluso, parecía que sería una entrada floja faltando 20 minutos antes del show y es que había bloqueos en la Ciudad por Insurgentes, así que las rutas de vialidad se redujeron, algunos llegando en metrobus o metro que fueron lo más precavidos.

El público, cosa que llamaba la atención es que en su mayoría traían un buen whiskey en mano y la cerveza no corría como si fuera concierto de metal. Al empezar el show con “Astrum in corpore” la entrada mejoró muchísimo en la parte baja, (arriba ya se había llenado temprano) y para la 3ª canción, “The eye that catches the dream”, ya eso era un horno de tanta gente.

El carisma de Gabriela es el que se lleva las miradas, no solo su forma de tocar aflamencada, se la pasaba riendo, pedía aplausos, brincaba, se notaba extremadamente feliz. Y es que el rock instrumental de este tipo, ya que no es progresivo y mezcla mucho de todos lados, es complicado para muchos. Sin embargo, los presentes gozaban las canciones como si estuvieran a una sola voz.

Rodrigo es más tranquilo, más enfocado en lo suyo desde que toma su guitarra eléctrica o acústica, ni que decir cuando toca las dos en la misma canción. Desde siempre más ecuánime y sincero.